El final de los tiempos es una novela que habla de la rebelión: la rebelión del espíritu, del amor y del conocimiento contra la tiranía materialista de un mundo sin alma. Imaginemos un mundo en el que la técnica ejerce su dominio sobre los hombres. Un mundo en el que la democracia ha sido suplantada por el juego caciquil de los intereses industriales y financieros. Un mundo en el que la religión ha sido sustituida por una parodia de verborrea humanitaria. Un mundo en el que el libre pensamiento ha sido proscrito y la televisión se ha convertido en única referencia cultural de las muchedumbres. Un mundo cuya máxima aspiración es crear y reproducir artificialmente seres humanos.